Recorriendo el
acoger de la
ciudad Abierta

Cementerio
Ciudad Abierta

Dentro de la construcción del espacio de la ciudad abierta se distinguen dos formas de recorrer su extensión, siendo estas el “Recorrer a través del "entre ver" de la construcción natural de formas irregulares” y “Recorrer lo amplio y abierto de la extensión”. El atravesar de la extensión se encuentra presente en el “Cementerio de la Ciudad Abierta”, lugar de recogimiento y retiro. Ante este retiro ¿cómo nos acoge la naturaleza y el artificio del hombre?

«Estar ante esta tumba es como estar ante un monumento; no es un lugar de silencio como cuando se está en un cementerio...»

«Para darle patria al poeta hagamos un cenotafio en el Cementerio de Amerei-da donde tenga cumplimiento lo que dice la lápida. Abrir su tumba será, así, a la vez, abrir el recinto de los huéspedes. Su cenotafio puede ser la primera puerta del recinto de los huéspedes del cementerio de Amereida».

Ubicado en una quebrada, el cementerio está inserto en la naturaleza, desde la abertura de la tierra nos envuelve la presencia de su formación natural de la quebrada de forma cóncava, que recibe a quienes visitan a sus muertos.
En contraste a esta naturaleza que acoge a sus huéspedes con su forma contenedora, se generan senderos que con violencia construyen aberturas que invaden o ingresan con fuerza, solidez y geometrías diagonales. Entonces lo que distinguimos como lo artificial construido por el hombre y lo natural que se construye a sí mismo en tramas de formas disonantes, conviven entre el rigor de las luces constantes de formas concretas y lo indeterminado de luces cálidas de formas irregulares.

Hay un viejo refrán que dice: “la excepción confirma la regla”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo es posible que la excepción confirme la regla? Una de dos, o bien quiere decir que la excepción por ser excepción y salirse de la regla no tiene vigencia o viceversa. Es decir, que la regla se hace transparente por la excepción.

Escultura
Adagio Cumplido

En esta construcción de la naturaleza lo irregular, las tramas, los ritmos enérgicos y fluidos dominan el entorno y se entre mezclan y ganan su espacio ante lo artificial que se va haciendo presente en un “entre ver”, con sus formas rectas y su pulso constante.

Hospedería del
Megaterio

Se trata de la “norma”, de lo “normado”, es decir, lo que constituye una construcción, otros le llaman “orden”, cuyo fundamento real, es arbitrario. Es decir, no es un orden el que genera un orden sino que es una construcción a partir de algo que no lo era. Este “no lo era” (algunos le llaman “naturaleza” por decir confuso, suma de posibilidades o caos) es una construcción a partir de lo que no lo era y precisamente cuando lo que no es construcción se manifiesta en grado excesivo, “lo exceso”, el exceso de lo arbitrario, es cuando más se hace transparente la necesidad de la construcción.

La construcción de este pulso genera una totalidad o continuidad dinámica (dentro de esta quebrada por donde se extiendo el cementerio y la escultura de Adagio Cumplido) que no concibe su forma y carácter arquitectónico sin la discontinuidad vegetal. Es la unión de partes dispares que generan un habitar.

Vestal del
Jardín

… Es decir, hay un apartado primero, no en forma cronológica, a partir del cual se abre y posibilita simultáneamente a la vez la norma y el apartado de la norma, la norma y su transgresión, de suerte que podríamos decir que toda construcción conlleva a ambas. Cuando no las conlleva, en el lenguaje de la tradición artística, se dice que es académico, es decir, aplica recetas aunque no lo sepa, o bien se suele decir también es “estetizante” o tiene mucho “manejo”.

En la segunda forma de recorrer la Ciudad Abierta se encuentra el “Recorrer lo amplio y abierto de la extensión”. Este se caracteriza por dejar fluir la vista hasta encontrarse con el distingo que quiebra la extensión como interrupción de la contemplación. Siendo un alto, un descanso de la energía de ritmos holgados que se ve en la vegetación, que en la segunda forma de recorrer es menos copiosa que en el interior de la quebrada.

Se trata de la “norma”, de lo “normado”, es decir, lo que constituye una construcción, otros le llaman “orden”, cuyo fundamento real, es arbitrario. Es decir, no es un orden el que genera un orden sino que es una construcción a partir de algo que no lo era. Este “no lo era” (algunos le llaman “naturaleza” por decir confuso, suma de posibilidades o caos) es una construcción a partir de lo que no lo era y precisamente cuando lo que no es construcción se manifiesta en grado excesivo, “lo exceso”, el exceso de lo arbitrario, es cuando más se hace transparente la necesidad de la construcción.