Dentro de la construcción del espacio de la ciudad abierta se distinguen dos formas de recorrer su extensión, siendo estas el “Recorrer a través del "entre ver" de la construcción natural de formas irregulares” y “Recorrer lo amplio y abierto de la extensión”. El atravesar de la extensión se encuentra presente en el “Cementerio de la Ciudad Abierta”, lugar de recogimiento y retiro. Ante este retiro ¿cómo nos acoge la naturaleza y el artificio del hombre?
«Estar ante esta tumba es como estar ante un monumento; no es un lugar de silencio como cuando se está en un cementerio...»
«Para darle patria al poeta hagamos un cenotafio en el Cementerio de Amerei-da donde tenga cumplimiento lo que dice la lápida. Abrir su tumba será, así, a la vez, abrir el recinto de los huéspedes. Su cenotafio puede ser la primera puerta del recinto de los huéspedes del cementerio de Amereida».
Ubicado en una quebrada, el cementerio está inserto en la naturaleza, desde la abertura de la tierra nos envuelve la presencia de su formación natural de la quebrada de forma cóncava, que recibe a quienes visitan a sus muertos.
En contraste a esta naturaleza que acoge a sus huéspedes con su forma contenedora, se generan senderos que con violencia construyen aberturas que invaden o ingresan con fuerza, solidez y geometrías diagonales. Entonces lo que distinguimos como lo artificial construido por el hombre y lo natural que se construye a sí mismo en tramas de formas disonantes, conviven entre el rigor de las luces constantes de formas concretas y lo indeterminado de luces cálidas de formas irregulares.
Hay un viejo refrán que dice: “la excepción confirma la regla”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo es posible que la excepción confirme la regla? Una de dos, o bien quiere decir que la excepción por ser excepción y salirse de la regla no tiene vigencia o viceversa. Es decir, que la regla se hace transparente por la excepción.
Escultura
Adagio Cumplido